¿Modernidad o posmodernidad?
- Entre Políticos
- 30 oct 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 31 oct 2020
Por Arandeny Curiel
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¡Qué moderno! es la frase que muchas veces escuchamos y hasta nosotros mismo utilizamos para referirnos a alguna cosa o acción que se identifica por el uso de algo innovador, científico y sobre todo de algo tecnológico. Sin embargo, la modernidad que se identificaba precisamente por utilizar la razón para crear conocimiento científico e incursionar el desarrollo tecnológico, es cosa del siglo pasado. El concepto de modernidad ha evolucionado, y así como nos referimos a posneolibrelismo, ahora también hablamos de una posmodernidad; un periodo de transición en las instituciones, en los valores, en las relaciones sociales, en el conocimiento y en la cosmovisión de la sociedad y de cada una de las personas que la conformamos.
Podemos definir a la posmodernidad como una “reacción” a la edad moderna en temas específicos relacionados en su mayoría con la sociedad y nuestra interacción con la realidad, como sería el tema de las verdades o el de las concepciones filosóficas e históricas sobre el mundo. La posmodernidad rechaza la idea de percibir el tiempo como algo continuo; posiciona al individuo nuevamente como parte de un grupo, pero en un sentido abstracto y cerrado, como minorías, mercados o clases, porque a la vez se desprende de la idea de percibir a la sociedad como masa; los ciudadanos somos "ciudadano del entorno global", hay una ruptura en el concepto de territorialización, ahora tenemos y tratamos de entender ideas como multiculturalismo o comopolitismo.
La filosofía posmoderna nos habla de la negación de verdades universales en la política, en la economía, en la misma filosofía y particularmente en la religión; nos plantea una serie de postulados con el objetivo de cuestionarnos y reflexionar sobre los valores universales, y de abrirnos a la posibilidad de vivir conforme a nuestra verdad y nuestros valores. En la política posmoderna hay una radicalización democrática, un sentido de participación ciudadana mas allá de votar, se da un esfuerzo -más que un abandono- en los valores como la libertad, la igualdad y la autonomía. Surgen nuevos temas sociales como el sentimiento de pertenencia a una comunidad y la calidad de vida, los movimientos sociales se vuelven la vía principal para generar un cambio en la estructura organizativa social, una estructura horizontal de participación que contraste con la estructura oligárquica y burocratizada de la modernidad.
La modernidad nos trajo de alguna forma u otra, orden, certeza y equilibrio, que en su momento se percibían necesarias para afrontar los conflictos mundiales; la posmodernidad nos ofrece todo lo contrario, caos, incertidumbre e inestabilidad, pero también nos ofrece, mas bien nos permite tener una oportunidad de evolucionar como individuos y como sociedad para afrontar las situaciones complejas en un mundo acelerado y cambiante.
Referencias
Ballesteros, J. (1990). Posmodernidad, Tecnos.
Maiz, R. y Lois, M. (2006). Posmodernismo. En J. Antón y Xavier Torrens (Ed.), Ideologías y movimientos políticos contemporáneos (pp. 611 - 636). Tecnos Universitario.
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